[Apología a la Ecología] : [El Árbol de la Ciencia]


Krisis significa “elección”, no el uso que hoy le damos obsesivo y pesimista. Autoritas significa “ayudar a crecer”, no el uso que hoy le damos a “Autoridad”.

El lenguaje es la materia prima del ser humano para conformar el mundo. Entendemos el “Crecimiento” como aumento económico, no como avance personal, cultural, etc. “Sostenibilidad” es igual de ambiguo y engañoso. ¿Qué nos está pasando a los seres humanos, cuando llamamos planes sostenibles a dinamitar acantilados o potenciar extractoras de petróleo?

Es la arrogancia del avance. Es el árbol reseco de la humanidad. Preguntamos al sistema cómo actuar, pero las respuestas están en nuestro interior. Es nuestra propia ética (ethos) la que estamos olvidando. Estamos valorando el Presente, obviando el Futuro, y menospreciando el Pasado. Pero la herencia mal heredada y el largo plazo de nuestras acciones pueden secar las hojas del presente. Caemos en la fractalidad del presente y su espiral hacia el vacío.

Desde las raíces del árbol de la ciencia, debemos regar con el agua de la intelectualidad. Nuestro cerebro es 75% agua. El agua es fertilidad, el comienzo, la vida. Y nos estamos quedando sin ella, como sin ética.

El tronco de la ciencia, es la simbiosis entre cultura humanística y cultura científica. Ésta división, es una clasificación errónea. La Cultura es una sola. De esta manera, nunca podremos imaginar toda la poesía que hay en la ciencia, y nunca extraeremos una fórmula para el amor, nunca entenderemos la metafísica de las pasiones.

El árbol de la ciencia no es una bonita metáfora, es real. Sus ramas son los diversos resultados, lecturas, variantes… Globalización, pluridisciplinareidad, multiplicidad, del mundo actual. Las ramificaciones de la cultura son necesarias, pero tenemos que saber aunar, y evitar a los podadores. Los medios de comunicación ejercen esta responsabilidad social, y se están cargando el mundo, están deshidratando la ética.

…hoy, la ciencia nos ha permitido saber medirlo todo… sin embargo, hoy ya no somos el Hombre de Vitrubio; ya no somos la medida de todas las cosas… Necesitamos un nuevo Renacimiento.

Divulgar”, otro término sapientísimo, que actualmente hemos desvirtuado bajo consideraciones negativistas. Divulgar suena a vulgar. El divulgador… suena a murmurador, propagandista, conflictivo, y los diccionarios de sinónimos lo recogen así.

Existen hoy el 90% de los científicos de toda la historia de la humanidad. Sin embargo, casi ninguno es divulgador de cultura. Ya no se trata de que haya que vigilar las posibilidades de caos como con la bomba atómica; sino también por la sistematización de la credibilidad. Decimos "esto lo han dicho los científicos", y nos lo creemos todo.

Recuperemos esta savia del saber. Tengamos entusiasmo, indagación… disposición de nuestro espíritu.

La Naturaleza es todo. La Biofilia debería ser nuestra prioridad en la Cultura. Tanto ciencia como poesía, han tratado la naturaleza como tema clave: A Copérnico, una motivación estética le movió a desarrollar el heliocentrismo, a Einstein le sucedió de manera parecida con la Teoría de la Relatividad. La Teoría de las cuerdas, que se está desarrollando en la actualidad, no peca de tal componente aceptablemente bello. Teniendo esto en cuenta, la ciencia debe ser un trance voluptuoso. El arte es más sensato que la ciencia, este postulado es inestimable.

Ante esto, la clásica división que ensayó Charles Percy Snow en Las dos culturas (se refiere a Ciencias y Letras), es hoy errónea. Deben reconciliarse.

Virginia Wolf dijo: «La naturaleza y las letras parecen tenerse una natural antipatía; basta juntarlas para que se hagan pedazos».


Por tanto, nunca ha existido la cultura sin naturaleza. Sin embargo, tal vez pronto no haya naturaleza sin cultura. Tal vez pronto quedemos “desterrados de la Tierra”. Esta fractalidad puede ser nuestra fatalidad. Reconozcamos nuestras sintonías y sacralicemos nuestra naturaleza, no nuestra ciencia. Ya que el desarrollo técnico no implica un mayor desarrollo social. Nunca olvidemos el Factor Humano.

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Apoyo temático: Joaquín Araujo Ponciano, Jessica Jacques, Habermas, Kant, Aldous Huxley.

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